Desde nuestro nacimiento hemos sido educados o socializados de acuerdo a los valores y normas de nuestra sociedad y familia. Las buenas intenciones de nuestros educadores, la familia en primer lugar y los centros de enseñanza en segundo, no logran evitar que desequilibrios, miedos, vicios y ansiedades comiencen a manifestarse en nuestra personalidad tempranamente.
El subconsciente y el inconsciente son estructuras que reciben información que no necesita ser filtrada por nuestro conciente. Cuando observamos una imagen en televisión, escuchamos un informativo, cuando nos quieren dominar en masa, probablemente estén grabándose mensajes subliminales en estas estructuras sin que nos demos cuenta de ello.
Es una forma de control por medio de los sistemas económicos, políticos y religiosos que siempre se ha empleado a lo largo de la historia. Estos mensajes una vez introducidos en nuestra mente, comienzan a presionar nuestras emociones y voluntad logrando condicionar nuestra conducta y despertando ansiedades, fobias, y desequilibrios mentales.
Muchas patologías psicológicas tienen un origen en la información que se ha grabado en el subconsciente a lo largo de nuestras vidas. Cuando una compañía o empresa desea colocar un producto en el mercado, realiza campañas publicitarias mediante un equipo de especialistas en la materia. Logran de esta forma, que la publicidad legue al inconsciente del consumidor y active deseos de adquirir el producto, cosa que antes no existía.
Así comienzan comportamientos compulsivos o ansiedades y comenzamos a ser esclavos del sistema tanto económica como filosóficamente. Si a nivel de mercado se utilizan estas técnicas de dominio de la gran masa, a niveles de comportamiento social en general es aún mayor su utilización.
El ser humano bajo estas condiciones se halla alienado y fuera de sí, confundiendo el SER con el TENER, perdiendo los valores que provienen de la moral superior del YO verdadero. El sistema forja el ego de los hombres, el cual es como una máscara prendida con raíces profundas en el inconciente.
Es tarea de quien busque la libertad y la verdad, desprenderse de esta máscara y dejar que el YO puro y sin manchas derribe las “programaciones” negativas que se encuentran en el subconsciente.
La luz se halla en nuestro interior; Dios habita en el silencio y el bullicio no lo deja sentir. La paz profunda obtenida con la meditación y la “reprogramación” positiva del subconsciente son las llaves que abren los pórticos de nuestro interior, aquellos que parecían cerrados al autocontrol y que ahora quedarán bajo el dominio de nuestro YO verdadero.
Lograd controlar el Reino y todo lo demás vendrá por añadidura.
La autorrealización es como un imán que atrae todo lo positivo al ser humano. El despertar de la conciencia es la fuente de RIQUEZA INAGOTABLE QUE SE HALLA OCULTA EN EL HOMBRE. Los poderes están latentes a la espera de la llamada. No os neguéis a una vida plena, el equilibrio otorga paz, bienestar y Amor a la Divinidad.